Por: Redacción Top News

El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos anunció este martes la apertura de un periodo de comentarios públicos para evaluar la posible inclusión de la mariposa monarca en la Ley de Especies en Peligro de Extinción, en un intento por proteger a una de las especies más icónicas y reconocibles del continente. La medida llega en un momento crítico, debido al drástico declive que ha sufrido la población de este insecto en las últimas décadas.

La mariposa monarca, conocida por sus característicos patrones negros y anaranjados, ha sido clasificada como “en peligro de extinción” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) desde 2022. Entre las principales amenazas que enfrenta se encuentran la pérdida y degradación de su hábitat, el uso generalizado de insecticidas y los efectos crecientes del cambio climático.

La inclusión de la mariposa en la lista de especies protegidas podría ser clave para garantizar su supervivencia, ya que establecería medidas regulatorias para la conservación de su hábitat y la limitación de actividades humanas perjudiciales. Sin embargo, la llegada de la administración de Donald Trump a la presidencia, conocida por deshacer protecciones ambientales durante su primer mandato, genera incertidumbre sobre el destino final de esta propuesta.

Acciones inmediatas

Durante la administración Trump (2017-2021), varias regulaciones ambientales y medidas de protección de la vida silvestre fueron revisadas o eliminadas, lo que preocupa a grupos ambientalistas y expertos que consideran urgente una acción inmediata para la preservación de la mariposa monarca.

El Servicio de Pesca y Vida Silvestre ha enfatizado que la opinión pública desempeñará un papel crucial en la decisión final. "La situación de la mariposa monarca refleja una crisis ambiental más amplia que afecta a polinizadores esenciales en todo el mundo", señaló un portavoz del organismo.

La población de mariposas monarca ha caído hasta un 90% en algunas regiones desde la década de 1990, lo que ha encendido las alarmas de científicos y conservacionistas. La pérdida de algodoncillo, planta vital para la reproducción de la especie, y las alteraciones en sus rutas migratorias son factores determinantes en este declive.