Desde hace cinco años, la Navidad tiene un significado especial para cientos de niños y adultos mayores de sectores vulnerables de Trujillo gracias a Vituchinrinrin, el personaje que encarna el enfermero Víctor Pérez Ortega, quien transforma su vocación de servicio en sonrisas, juegos y esperanza.
El licenciado Víctor Pérez, enfermero con 15 años de trayectoria profesional, trabajador del Hospital de Alta Complejidad Virgen de la Puerta y miembro de la orden del Consejo Regional II La Libertad del CEP, deja por unas horas el uniforme clínico para vestir el traje de payasito y recorrer distintas zonas de escasos recursos, llevando chocolatadas, regalos y un show navideño.
Este año, Vituchinrinrin llegó a comunidades como el sector 4 de la parte alta de Las Palmeras, en La Esperanza; el AA. HH. Marbella, en Huanchaco; El Milagro parte alta, por la zona del relleno sanitario; y El Milagro parte baja, donde compartió momentos de alegría con niños y adultos mayores. Además de los obsequios para los más pequeños, los adultos mayores recibieron una pequeña canasta, como gesto de reconocimiento y cariño.
“Todo lo que hago nace del corazón. Mi objetivo es brindar una pequeña ayuda a quienes menos tienen y dar sin recibir nada a cambio”, señaló Víctor Pérez, visiblemente emocionado tras una de sus jornadas solidarias.
El enfermero explica que esta iniciativa nació hace cinco años, motivado por la necesidad de compartir alegría con quienes atraviesan momentos difíciles.
“Hace cinco años decidí convertirme en payasito para llevar alegría a los que menos tienen. Ver la sonrisa de un niño o el agradecimiento de un adulto mayor es el mejor regalo que puedo recibir en Navidad”, expresó.
La labor de Vituchinrinrin demuestra que la solidaridad no solo se ejerce desde los hospitales, sino también desde el compromiso humano de quienes deciden regalar tiempo, esfuerzo y esperanza a las comunidades más necesitadas.