Por: Redacción Top News

El colapso del techo del centro comercial Real Plaza dejó escenas de pánico y desesperación entre los cientos de personas que se encontraban en el patio de comidas. Alfredo Beltrán, uno de los sobrevivientes, compartió su estremecedor testimonio sobre el dramático momento en que vio a su familia atrapada bajo los escombros.

“Escribo lo vivido porque siento que es una forma de liberar la ansiedad que aún tengo. ¡He visto el techo caer sobre mi familia!”, narró Beltrán, quien estaba en el lugar con su esposa y sus tres hijos. “Me separé de ellos un instante para recoger la comida y los dejé sentados justo en el centro del patio de comidas. Fueron segundos hasta que llegué al stand y se escucharon como una tira de explosiones, tan fuertes como un terremoto”, agregó.

"En cuestión de segundos"

El desplome del techo ocurrió en cuestión de segundos, dejando atrapadas a más de 200 personas. “Al girar y ver a mis hijos y mi esposa, cinco segundos bastaron para que todo el techo cayera sobre ellos. En segundos se volvió oscuro y el agua contra incendios creaba la escena de una tormenta y lluvias. Solo atiné a gritar que no era posible. ¡Mis hijos nooooo, mi familia nooo!”, expresó con angustia.

Pese a la desesperación, Beltrán intentó socorrer a otros heridos mientras buscaba un camino hacia su familia. “Cada niño que sacaba tenía la esperanza de también sacar a mis hijos”, recordó. Sin embargo, el acceso era casi imposible debido a los escombros y los fierros de las sillas que atrapaban a muchas personas. “Encontré a una señora aplastada de la espalda y con las piernas fracturadas. Dos jóvenes venezolanos se acercaron a ayudarla y se quedaron con ella”.

Su hijo desaparecido

Tras 15 minutos de angustia, recibió un mensaje de su esposa: ella y dos de sus hijos estaban atrapados bajo una mesa que los protegió del colapso. “La cúpula sombrero del techo, al ser más profunda, cayó primero sobre la mesa y dejó espacio para su resguardo”. Sin embargo, su hijo de seis años estaba desaparecido. “Al escuchar el estruendo, se escapó de las manos de mi esposa y corrió en mi dirección, sin tener tiempo de cubrirse”.

La búsqueda del menor fue desesperante, hasta que un joven repartidor le informó que lo habían visto salir arrastrándose hasta la salida en dirección a los baños. “Mi hijo siempre preguntaba para qué era esa puerta, y esta vez se arrastró hasta allá porque su pie tenía una fractura”, relató. Al llegar, encontró a su hijo, cubierto de sangre, pero no de él. “Gracias a Dios era él. Había pasado todo el desastre solo por 30 minutos”.

"Hemos pagado la clínica"

El drama no terminó ahí. Su familia tuvo que liberarse de los escombros para salir. “Mi esposa, de 27, mi hijo mayor de 8, el segundo de 6 y mi niña de 3 años. Hoy domingo les cuesta dormir, y despiertan cada 30 minutos llamando por mí o por su mamá”.

Beltrán, quien es arquitecto, cuestionó la infraestructura del centro comercial. “He visto las vigas enormes de acero, sé cuánto pesan y, al ver la magnitud de los daños, podrían haber sido más catastróficos”, indicó. Además, denunció que los protocolos de emergencia y seguros no funcionaron como debían. “Hemos pagado en la clínica muchos gastos y sus protocolos de seguro no funcionaron. Tuve que pagar para llevar a mi casa a mi niño”.

Con heridas en los pies y cortes en la cabeza, Beltrán asegura que su vida ha cambiado para siempre. “JAMÁS VOLVERÉ A ESTAR LEJOS DE ELLOS”, sentenció. “La negligencia nos ha hecho pasar la peor pesadilla de nuestras vidas”.