Al menos 26 personas perdieron la vida y cerca de 400.000 resultaron desplazadas en Filipinas tras el paso del devastador tifón Kalmaegi, que azotó el centro del país con intensas lluvias y vientos huracanados. Las fuertes precipitaciones provocaron inundaciones generalizadas, deslizamientos de tierra y severos daños a la infraestructura, dejando comunidades enteras aisladas y miles de viviendas destruidas. Las autoridades locales y equipos de rescate trabajan contrarreloj para atender a los damnificados y restablecer los servicios básicos, mientras el gobierno evalúa declarar el estado de calamidad en las zonas más afectadas. Fotos: AFP